A veces la tele nos sorprende con noticias que nos hacen estremecer y preguntarnos si como humanos somos de verdad racionales o seguimos siendo unos animales feroces. En efecto, viendo este tipo de situaciones nos preguntamos dónde queda el amor, el cariño, el afecto, sobre todo cuando la cosa sucede entre personas con afinidad familiar.
El que podamos pensar siquiera en que unos padres han asesinado a su hija nos parece tan atroz, tan aberrante y tan fuera de lugar que no nos atrevemos siquiera a pensar si la cosa será de verdad o no. Esperemos que la justicia aclare lo que ha pasado, porque tenemos claro que ahora lo que nos interesa es saber la verdad. Ya habrá tiempo de reflexionar.