Conviene recordar que la columna vertebral es el eje de nuestro esqueleto y que cualquier molestia que pueda estar relacionada con ella merece la debida atención. Un persistente dolor en el cuello puede que solo sea fruto de una mala postura frente al ordenador o de la tensión acumulada tras una racha de intenso trabajo, pero también puede ser un síntoma claro de que algo no anda bien en nuestras cervicales.
Si además de ese cuello dolorido y esa tensión en los hombros notas dolor en los brazos o falta de habilidad en las manos, visita a alguno de los especialistas en hernias discales cervicales de Barcelona. Es importante, porque un buen diagnóstico y, en su caso, una adecuada intervención quirúrgica podría evitarte meses de dolores a los que no encuentras explicación.
La hernia discal cervical se produce cuando los discos, que separan – unen las vértebras cervicales que forma la parte superior de la columna, se desplazan provocando una compresión de las terminaciones nerviosas de la médula espinal y cercanas. Es esa “opresión” sobre los extremos nerviosos lo que provoca el dolor y, en algunos casos, la dificulta en la movilidad de las extremidades superiores.
Para curar esta dolencia, existen distintos tratamientos y técnicas de intervención quirúrgica y es el médico neurocirujano quien debe determinar cuál es la adecuada dependiendo del tipo de lesión y de las características particulares de cada paciente.
Aunque su denominación médica, (eso de hernia discal), “imponga” bastante, se trata de una intervención mínimamente invasiva sobre la que te podrá asesorar en Barcelona un especialista en hernia discal cervical El neurocirujano deberá establecer el punto de acceso a los discos cervicales (abordaje posterior o anterior) y determinará si es necesario retirar alguno y sustituirlo por otro disco móvil que sea capaz de emular el movimiento del extirpado. Por supuesto, como en cualquier cirugía los riesgos existen, pero al tratarse de una técnica poco invasiva estos son mínimos y, además, el periodo de recuperación en este tipo de intervenciones es relativamente corto. El ingreso hospitalario oscila entre 1 y 3 días (dependiendo del tipo de intervención y de la evolución del post operatorio) y el paciente puede volver a hacer vida normal transcurrido aproximadamente un mes.