A lo largo de nuestra vida, pasamos  más tiempo del que creemos en un rectángulo de un material esponjoso pero firme. Numerosas personas no le dan suficiente importancia a lo que llamamos colchón.

Esto conlleva que no se cambien cuando presentan hendiduras, durezas, etc. Así, acaban sufriendo molestias en la espalda o descansos insatisfactorios, que nos dificultan el día siguiente.

La falta de energía causada por un descanso nulo puede acarrearnos diversos problemas en nuestro día a día. Un cambio de colchón a tiempo puede ahorrarnos molestias en la espalda, curvaturas en la columna o simplemente que sea desagradable el hecho de dormir en general por la incomodidad.

Pero ya no deben porque ser temas físicos, también podemos desarrollar a la larga un carácter negativo debido a una continuidad de malas noches. El hecho de despertarse temprano y saber que te depara todo un día de duro trabajo. Saber que no has descansado lo suficiente, pero no puedes hacer nada contra eso.

Y es que tienes que ir a hacer tus obligaciones hayas descansado más o menos. Esto conlleva, además,  una actitud menos alegre, crispante e incluso irascible. ¡Qué diferente sería nuestra vida si descansáramos mejor. Seguramente nos levantaríamos totalmente descansados y con energía.

Sin embargo, si le dedicáramos un poco más de importancia al tema del descanso nuestro humor y vida diaria sería más fácil. El hecho de estar más felices, alegres o contentos influye a la hora de realizar cualquier tipo de tarea, facilitando así la realización de esta.

Como consejo recomendamos realizar un volteo al colchón cuando el fabricante lo indique para así alargar la vida de este. Pero esto no quiere decir que no debamos cambiarlo, ya que se recomienda el cambio completo de este cada diez años. Personalmente, no creo que sea demasiado incomodo invertir algo de nosotros una vez cada diez años para mejorar  una gran parte de nuestra vida total.

Esto no solo se ha de aplicar a los domicilios. También ocurre en los hoteles y hostales. Hay algunos que tienen colchones muy viejos. Evidentemente, esto repercute en la calidad del servicio y la “huida” de clientes reales y potenciales.

Si a esto unimos otros elementos como cortinas de hotel, sábanas, cojines y mantas, estaremos creando el ambiente idóneo para un descanso efectivo y relajado.

Por tanto, tanto en casa como en un buen hotel tenemos que elegir lo mejor para nosotros. Es de sentido común, y muy aceptado por la mayoría.