El pasado mes de mayo cumplí 55 años. Me considero una mujer muy activa, con muchas inquietudes y que no se cansa de vivir. Sin embargo, había algo que no encajaba. Os voy a contar la historia de cómo mi vida ha dado un giro impresionante.

La decisión de hacer un cambio

Quería cambiar la forma de verme y de que me vieran. Sobre todo, quería sacarme el máximo partido. Siempre he tenido una mentalidad muy joven, me he sentido juvenil tanto por dentro como por fuera. Pero llegó un momento en el que mi imagen física descuadraba con cómo me sentía. Me sentía sana, fuerte, vivaz, con ganas de seguir aprendiendo, muchas cosas…

Contraté un personal shopper en Madrid y noté unos cambios asombrosos. Conocí a Emilia de Havilland a través de una amiga. Ella es estilista y  bloguera de moda, desde hace 4 años se dedica a definir el estilo personal de sus clientes.

El primer día que quedamos, visité su estudio para que le contase mis necesidades, gustos y tallas. El día del shopping, estuvimos probando ropa sin prisas por los barrios de Salamanca, Malasaña y Chueca. Fue muy divertido y aprendí un montón sobre las combinaciones y las prendas que más encajaban con mi personalidad y mejor me sentaban. Además siendo en Madrid, las posibilidades de ver tiendas y comprar lo que mejor me sentaba con un personal shopper eran mayores gracias a la gran variedad de establecimientos que hay repartidos por toda la capital.

Después de su asesoramiento, me encontraba más cómoda y segura de mi misma. Me sentí rejuvenecida 10 años gracias a todas las cosas que me favorecían. Por eso ahora, el servicio de personal shopper en Madrid lo recomiendo encarecidamente a todos aquellos que sientan que su forma de ser no encaja con su apariencia.