Hacer ejercicio es algo primordial para conservar una correcta salud tanto física como mental. Desde actividades del día a día como subir en bicicleta, ir a andar al trabajo o usar las escaleras hasta exigentes rutinas en gimnasios, la actividad física permite el desarrollo y crecimiento personal, alejando el estrés, mejorando la composición corporal y cuidando tanto la mente como el cuerpo de una manera sana.
Debemos, sin embargo, y como hemos comentado, distinguir entre la actividad física cotidiana y el ejercicio de competición, que suele estar regido por una normativa y donde suele usarse suplementación deportiva de calidad para mejorar el rendimiento.
Un factor determinante en la mejora y capacidad física es la genética, la cual permite a muchos atletas destacar en diferentes facetas con un esfuerzo menor al resto. Estas condiciones óptimas, junto a una correcta dieta y un entrenamiento intenso, es la clave de los campeones y de la superación de records, tanto en deportes individuales como en competiciones de equipo.
Sin embargo no todos nos centramos en el deporte de competición, el cual acaba en ocasiones siendo más perjudicial que beneficioso. Es importante realizar al menos 1 hora de ejercicio al día 3 días a la semana y llevar una alimentación sana sin carencias de ningún tipo y haciendo uso, en caso que sea necesario, de multivitamínicos o complementos que garanticen la correcta ingesta tanto de macro como de micronutrientes.
Numerosos estudios ponen de manifiesto la relación directa entre calidad de vida y hábitos de vida saludables. Y si no dispones del suficiente tiempo, cambia las escaleras por el ascensor, la bici por el coche y la escoba por el aspirador. Recuerda que cualquier pequeño cambio va sumando a favor de tu salud y que con la edad es importante mantenerse activo.