LA VELOCIDAD DE INTERNET EN LATINOAMÉRICA: ALGUNOS DATOS INTERESANTES

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Internet se ha convertido en un medio omnipresente en nuestras vidas. Nos brinda una inmensa variedad de herramientas que nos facilitan en gran medida muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Cuestiones como comprar desde un pasaje de avión hasta un teléfono celular; estar comunicado con nuestros seres queridos sin importar la distancia a la que se encuentren; tener acceso vía streaming a diversas y prácticamente inagotables fuentes de entretenimiento… todo esto y mucho más es lo que internet nos permite hacer en el mundo de hoy.

Mucho de lo que puede hacer, sin embargo, depende casi en su totalidad de la velocidad de la conexión. Al revisar en un mapa las diferentes velocidades de conexión que se dan alrededor del mundo, nos damos cuenta de cómo el acceso a las infinitas posibilidades de internet no es, precisamente, igual para todos. En este artículo examinaremos esta situación en Latinoamérica. Empecemos.

 

¿Cómo es el internet en Latinoamérica?

 

            Según algunas estimaciones, el promedio mundial de velocidad de conexión a Internet en mega bits por segundo es de alrededor de 6.5. Existen países que lo superan muy de lejos, como es el caso de Corea del Sur (aproximadamente 20 mbps). Los diez primeros puestos en el ranking mundial se mantienen por este orden, y ninguno de los puestos es ocupado por algún país latinoamericano. El país de la región mejor posicionado en este sentido es Chile, que con una velocidad de 7.3 está bastante cerca del promedio mundial, pero en el puesto número 64 del ranking cuantitativo.

Por debajo del país sureño están todos los demás países de este lado del mundo, manteniendo todos un promedio más o menos parejo de velocidad en mega bits por segundo, que cae estrepitosamente en los últimos puestos de la lista, ocupados por Bolivia (2.4 mbps), Venezuela (1.8 mbps) y Paraguay (1.7 mbps). Es interesante ver, como se ilustra en la siguiente lista, cómo la velocidad de conexión de los países de Latinoamérica se mantiene más o menos alrededor del promedio mundial, que sin embargo, dista mucho de la velocidad de los países ubicados en los primeros puestos de la lista.

 

1.-Chile: 7.3 mega bits por segundo

2.-México: 7.2 mbps

3.-Uruguay: 7.0 mbps

4.-Brasil: 5.5 mbps

5.-Perú: 5.3 mbps

6.-Ecuador: 5.2 mbps

7.-Panamá: 5.2 mbps

8.-Argentina: 5.0 mbps

9.-Colombia: 4.8 mbps

10.-Costa Rica: 3.9 mbps

11.-Bolivia: 2.4 mbps

12.-Venezuela 1.8 mbps

13.-Paraguay 1.7 mbps

 

 

Retos a superar

 

            Si bien la velocidad de conexión a internet en América Latina no es precisamente óptima, comparándola con la de otros países en otras regiones del mundo, es de hacer notar el esfuerzo continuo que se realiza en muchos de nuestros países para superar las dificultades que nos alejan de las velocidades ideales de conexión. En este sentido, es útil mirar hacia los países mejor posicionados y examinar qué es lo que han hecho ellos para lograr unos niveles tan altos de conexión. Esto sin duda puede ayudarnos y darnos calves precisas para mejorar la calidad de nuestra conexión a internet.

El caso coreano, por ejemplo, podría considerarse como un paradigma de lo que se debería hacer para superar todas las brechas de conectividad. En primer lugar, el Estado coreano ha sido garante del impulso a la industria relacionada con las telecomunicaciones de banda ancha, facilitando la inversión de capitales privados en la plataforma tecnológica, liberalizando además la participación en el sector de las telecomunicaciones. De igual forma, de parte del sector público se han llevado adelante programas de fomento a la adquisición de equipos de telefonía y computadoras, lo que ha generado que un porcentaje altísimo de la población tenga acceso a internet.

Al comparar esto con la situación que vivimos de este lado del globo los contrastes se hacen evidentes. Latinoamérica es una región cuya historia ha sido marcada por profundos procesos de desigualdad que, sin lugar a dudas, han afectado la gran mayoría de los aspectos en todas sus sociedades. Y, por supuesto, el plano digital no es la excepción. Si a esto le sumamos décadas de desinversión en la infraestructura tecnológica, y el temor y la desconfianza del sector privado por la ausencia de garantías para la inversión en ciertos países, es perfectamente comprensible el retraso abismal de la región con respecto a Asia o algunas regiones de Europa.

 

Conclusiones

 

            A pesar de las dificultades, el crecimiento económico y las facilidades con las que cuenta el sector privado en países como Chile representan una oportunidad única en la historia para que el sector crezca exponencialmente en el futuro. Una de muchas lecciones que se pueden aprender de casos como el coreano es que no es posible avanzar, democratizar y modernizar el sector tecnológico y digital solo de la mano del sector público. Todo lo contrario: el Estado debe ser un garante de ciertas condiciones para que el capital privado se encargue de la inversión y las modernizaciones en la plataforma tecnológica.

Por sus características particulares, Latinoamérica está llena de potencialidades. Su altísima concentración de población, el crecimiento económico de ciertos sectores dentro de la región (que se beneficia de aspectos particulares del internet como el ecommerce), no hacen sino sumar al increíble atractivo que posee la región para el desarrollo de internet. Solo falta que los dirigentes lo entiendan y tengan la voluntad de establecer políticas que apuesten por mejoras en el sector y alianzas con el sector privado. El hacer esto, en última instancia, representará un gran beneficio para todos.