Cambiar las puertas de interior supone renovar la imagen de la casa en gran medida. Al entrar en una vivienda, lo primero que se ve tras el recibidor es el pasillo con todas las puertas para las diferentes habitaciones.
Si éstas tienen un aspecto descuidado repercutirá negativamente en la percepción que se tenga de la casa. Por eso, cuando las puertas estén feas o anticuadas es el momento de plantearse una renovación.
Puertas macizas
Las puertas de interior pueden ser macizas o no. Las puertas macizas tienen una mayor calidad y una mayor resistencia a los golpes mientras que las que son huecas o con relleno de panel pueden romper con más facilidad pero a cambio son más ligeras y económicas.
Las puertas de madera maciza tienen otras ventajas como por ejemplo el poder adaptarse a huecos que son son estándar, pudiendo construirse a medida.
Puertas correderas
Las puertas correderas tienen como principal ventaja el que no ocupan espacio en la habitación. Pero necesitan de un sistema de instalación que puede ser más o menos complicado. Las que van ocultas con un doble tabique son las de más calidad y las que cierran de una manera más efectiva, pero el doble tabique supone una inversión y recorta el espacio de donde se levante.
Hoy, hay puertas correderas que no necesitan de un doble tabique sino que van por una guía que se coloca en la parte superior y que queda a la vista. La puerta va colgada de la guía y se desplaza por ella para abrir o cerrar. Pero para poder colocarlas es preciso que haya espacio hacia el cual desplazar la puerta. Este sistema no suele permitir un cerrado perfecto y si las guías y herrajes no son de muy buena calidad la puerta puede hacer ruido o incluso descolgarse fácilmente.
Puertas abatibles
Las puertas abatibles son las más utilizadas como puertas de interior porque tienen la ventaja de que su instalación es mucho más sencilla. Además, resultan más económicas, lo que sin duda es un punto importante a su favor.
Por supuesto, también tienen en algo en contra y es que necesitan de un espacio para poderse abrir. Este espacio puede condicionar la distribución de los muebles en el interior de la habitación, lo que hay que tener en cuenta cuando las habitaciones son demasiado pequeñas.